Santa Lucía es el santo patrón de los ciegos y un personaje jugable en el DLC, Los Juicios de Santa Lucía. Ella es un mártir cristiano y el Ángel Guardián de Dante.
Características[]
Santa Lucía es un ángel hermoso con las alas blancas emplumadas, adornadas en las marcas azules, que pueden ampliarse y contraer marginal a su voluntad. Ella tiene el don del vuelo y rara vez toca el suelo, sino que se desliza sobre él.
Su cabello es de color platino rubio y se separó a la derecha con la excepción de una trenza pequeña a la izquierda. De piel pálida, su cara tiene líneas negras que bajan por sus mejillas de sus ojos, que son sin rasgos y azul pálido, pero brillan intensamente cuando se dispara energía luminosa de ellos. Lleva un vestido azul pálido, dividido ambos lados debajo de las corazas de laurel de oro, con las vambraces a juego y las botas altas de la rodilla.
Muchas de sus habilidades de lucha son similares a las de Dante, su Hoz Divina es en muchos aspectos similar a la Guadaña de Dante, y los ojos de Lucía proyectan la luz de una manera similar a la Cruz de Dante, aunque más rápido. La diferencia principal es que los ataques de Lucia son más aéreos y cubren más distancia debido al hecho de que ella puede volar y deslizarse temporalmente. Era una de las mujeres que envió a Virgilio a Dante. Sus ojos aparecen como una reliquia en la Ciudadela del Limbo.
Biografía[]
Nacida en Siracusa, Sicilia, 283 DC, Lucía llevó una vida de extrema virtud, consagrando su virginidad a Dios. Cuando su madre, Eutychia, dispuso que se casara con un rico pagano, ella se negó. Su pretendiente entonces la denunció como cristiana al magistrado, amenazándola con enviarla a ser profanada en un burdel. Cuando los guardias llegaron a condenarla a muerte, se arrodilló y oró por la salvación cuando los guardias intentaron moverla. Sin embargo, milagrosamente, permaneció fija en el lugar.
Lucia antes de morir
Los hombres intentaron muchas maneras de moverla, de abuso verbal a apuñalarla violentamente. Incluso llegando a incendiarla, ella permaneció arraigada en el suelo. No fue hasta que su esposo-a-ser dijo a los guardias que si no podía tener esos hermosos ojos, entonces nadie puede, en este momento los guardias se arrancaron los ojos de su cabeza. Poco después, los guardias lograron matarla.
De acuerdo con la tradición de la iglesia, Dios pagó su sacrificio al darle nuevos ojos de pura luz, mucho más hermosos que cualquiera en la Tierra. En la Divina Comedia forma parte de una trinidad de mujeres que Dante proyecta y venera como santas (Las otras dos son María y Beatrice), al considerarla como su santo patrón, ya que Lucía es la patrona de los ciegos (espiritualmente y de lo contrario, así como literalmente).
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